Es posible que un investigador haya localizado el origen de la supuesta emisión alienígena «Wow!», uno de los mayores misterios de la astronomía que ha desconcertado a los científicos desde su detección en 1977.
La señal «Wow!» fue observada por primera vez por Jerry Ehman con el radiotelescopio Big Ear de la Universidad Estatal de Ohio hace 43 años.
Un nuevo y controvertido estudio, publicado en el International Journal of Astrobiology, apunta a que una estrella similar al Sol situada a 1.800 años luz –potencialmente habitable– podría ser fuente de la misteriosa señal «Wow!» descubierta hace casi medio siglo.
La señal Wow!, una secuencia de datos de 72 segundos de ondas de radio de banda estrecha, fue detectada por Jerry Ehman utilizando el telescopio Big Ear de la Universidad Estatal de Ohio el 15 de agosto de 1977. Por lo inusual de la señal, Ehman al detectarla anotó «Wow!» en el margen de su impresión. Así fue como la desconcertante señal obtuvo su nombre que se ha mantenido desde entonces.
«La señal Wow! es considerada como la mejor señal de radio candidata a SETI (búsqueda de inteligencia extraterrestre) que hemos captado con nuestros telescopios», dijo Alberto Caballero, astrónomo aficionado, y autor del estudio, al medio científico Live Science.
Frecuencias cercanas a la línea de hidrógeno
La única señal –no se ha detectado ninguna otra señal como ésta ni antes ni después– se encontraba en una frecuencia de 1420,4056 megahercios, una frecuencia asociada al elemento hidrógeno, que está relativamente libre de ruido de fondo, lo que lo convierte en un buen rango para elegir si intentamos comunicarnos con otras civilizaciones.
«Dado que el hidrógeno es el elemento más abundante del universo, es lógico suponer que una civilización inteligente dentro de nuestra Vía Láctea, deseosa de atraer la atención hacia sí misma, podría emitir una fuerte señal de baliza de banda estrecha en la frecuencia de la línea de hidrógeno neutro o cerca de ella», escribió Ehman en un informe sobre el 30º aniversario de la señal Wow!, según Live Science.
La señal Wow!, un misterio sin resolver
Décadas después de su detección, los investigadores siguen sin saber de dónde procede exactamente la señal o qué la ha provocado. Ahora, esto podría cambiar: el astrónomo Alberto Caballero ha analizado miles de estrellas en la zona de la que procedió la famosa señal y ha propuesto una nueva pista para resolver el misterio.
Buscando entre los datos recogidos por el observatorio espacial Gaia de la Agencia Espacial Europea –una base de datos de más de mil millones de estrellas–, Caballero consiguió reducir su búsqueda de estrellas que pudieran albergar un exoplaneta con potencial para la vida a una única estrella similar al Sol, llamada 2MASS 19281982-2640123, situada a 1.800 años luz en la constelación de Sagitario.
Aunque este tipo de búsqueda realizada por el astrónomo no se diseñó para averiguar exactamente de qué se trata, por ejemplo, si es de una fuente natural, el trabajo tiene la intención de acotar la búsqueda en caso de que sea de una civilización alienígena, según explica Caballero en un vídeo de su popular página de YouTube The Exoplanets Channel, así como en su artículo.
El SETI, o búsqueda de inteligencia extraterrestre, es un campo que lleva escuchando posibles mensajes de seres tecnológicos de otro mundo desde mediados del siglo XX, según la NASA.
Según aseguró Caballero a Live Science, lo más probable es que la señal Wow! provenga de algún tipo de evento natural y no de extraterrestres, aunque el científico no pierde la esperanza.
«A pesar de que esta estrella está situada demasiado lejos para enviar cualquier respuesta en forma de transmisión de radio o luz, podría ser un gran objetivo para realizar observaciones en busca de exoplanetas alrededor de la estrella», escribió en el artículo.
«Una de esas estrellas está muy cerca de la distancia con mayor probabilidad de que exista una civilización extraterrestre», añadió en un vídeo. «Esta estrella tiene una temperatura estimada de solo 5 grados más que el Sol, y un radio y luminosidad casi idénticos. Es un objetivo excelente para buscar exoplanetas potencialmente habitables».
«Encontrar alguna manera de reducir la búsqueda»
Si bien todo el estudio parezca un poco exagerado, hay otros astrónomos que dicen que las observaciones de Caballero no son tan locas como parecen.
«Creo que vale la pena hacerlo porque queremos apuntar nuestros instrumentos en la dirección de cosas que creemos interesantes», dijo a Live Science Rebecca Charbonneau, historiadora del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica y experta en SETI que no participó en la investigación de Caballero.
«Hay miles de millones de estrellas en la galaxia, y tenemos que encontrar alguna manera de reducirlas», agregó.
Sin embargo, Charbonnaeu aboga por dar un paso más allá y se pregunta si buscar solo estrellas similares al sol es demasiado limitado. «¿Por qué no mirar un montón de estrellas?», se preguntó.
Aunque muchos quieran finalmente poder tener evidencia seria de la existencia de vida inteligente en el universo, las conclusiones de Caballero deben tomarse como una pequeña pieza más que quizás ayude a resolver el misterio. Sin embargo, mirar un poco más de cerca las estrellas que Caballero ha identificado no estaría de más. A fin de cuentas, nuestra búsqueda de otra vida inteligente en el universo tiene que empezar por algún sitio.